La osteoartrosis en perros senior

Como sucede en los seres humanos, la osteoartrosis es la forma más común de artritis en todas especies veterinarias. La osteoartritis es de lenta progresión y se caracteriza por dos principales procesos patológicos:
1) la degeneración de la articulación del cartílago con pérdida tanto de proteoglicanos como de colágeno.
2) proliferación de nuevo tejido óseo.

Además, existe una respuesta inflamatoria variable de bajo grado dentro de la membrana sinovial [1].Las estimaciones actuales de la prevalencia de la artritis en perros senior oscilan entre el 20 % y el 25 %. La prevalencia de la osteoartrosis en gatos adultos es del 33 %, con una prevalencia en gatos más anciano que se eleva al 90 %[2]. Los objetivos del tratamiento para la osteoartrosis son múltiples: reducir el dolor, disminuir los signos clínicos, retrasar la progresión de la enfermedad, promover la reparación del tejido dañado y mejorar la calidad de vida.

La identificación y gestión de la enfermedad es de suma importancia para el manejo de los animales. Los signos clínicos pueden incluir rigidez, cansancio, cojera, dolor, dificultad para cambiar de posición e incapacidad para realizar actividades cotidianas como saltar al sofá o subir escaleras. Puede afectar la calidad de vida de un perro y en casos graves puede causar agresividad, anorexia e incapacidad para caminar.

Las terapias no invasivas para mejorar los síntomas de la osteoartritis generalmente incluyen el control/pérdida de peso, la rehabilitación y el uso de fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINES) junto a otros productos farmacéuticos.

Las investigaciones recientes sobre los métodos y suplementos nutricionales específicos para modificar la enfermedad están ganando reconocimiento como parte de un enfoque multimodal. Uno de estos tratamientos para la osteoartrosis es la aplicación a los tejidos articulares y periarticulares de la terapia CEMP (campos electromagnéticos pulsados) o magnetoterapia, sobre los que se están realizando estudios para mejorar su efectividad.
En 2013 se publicó un ensayo clínico randomizado y controlado que evaluó la eficacia de la terapia de la señal pulsada, que es la aplicación de la CEMP, en perros con osteoartritis, medido por las puntuaciones Severity y Interference del CINE Brief Pain Inventory (CBPI)[3]. Los resultados mostraron que el grupo de estudio obtuvo resultados significativamente mejores con respecto al de control.
En 2009, se realizó un metanálisis de ensayos randomizados controlados para determinar la eficacia de la CEMP en el tratamiento de la osteoartritis de rodilla en seres humanos. Concluyó que la CEMP mejoró la función y las puntuaciones clínicas en pacientes con osteoartrosis de rodilla y deberían considerarse en combinación con otros tratamientos en el trascurso de su proceso patológico[4].
La teoría detrás de los mecanismos de los efectos de la CEMP sobre el dolor de la osteoartrosis reside en los efectos anabólicos que la CEMP tiene sobre la proliferación de osteoblastos y condrocitos, que producen efectos curativos a nivel celular [5], mejorando la regeneración del cartílago articular [6].
El paciente percibe el dolor de osteoartrosis mediante la estimulación de las fibras nerviosas mielinizadas de la articulación y de los tejidos circundantes de la articulación (cápsula articular, ligamentos, membrana sinovial)[7]. Además, la sensibilización central, que es una hiperexcitabilidad de las neuronas en el sistema nervioso central asociada a condiciones de dolor crónico, provoca cambios en el cerebro, responsables de la percepción del dolor, de la cognición y de la función sensomotora del paciente [8].

Bibliografia

  1. Anandacoomarasamy A, Caterson I, Sambrook P, et al. (2008) The impact of obesity on the musculoskeletal system. Int J Obes (Lond) 32:211–222
  2. Lascelles BD and Robertson SA (2010) DJD‐associated pain in cats: what can we do to promote patient comfort? J Feline Med Surg 12:200–212
  3. O’Sullivan M, Gordon‐Evans WJ, Knap KE, and Evans RB (2013) Randomized, controlled clinical trial evaluating the efficacy of pulsed signal therapy in dogs with osteoarthritis. Vet Surg 42:250–254.
  4. Vavken, P. Arrich, F. Schuhfried, O, et al. (2009) Effectiveness of pulsed electromagnetic field therapy in the management of osteoarthritis of the knee: A meta‐analysis of randomized controlled trials. J Rehabil Med 41:406–411.
  5. Diniz P, Soejima K, and Ito G (2002) Nitric oxide mediates the effects of pulsed electromagnetic field stimulation on the osteoblast proliferation and differentiation. Nitric Oxide 7(1):18–23.
  6. Ciombor DM, Aaron RK, Wang S, and Simon B (2003) Modification of osteoarthritis by pulsed electromagnetic field – a morphological study. Osteoarthritis Cartilage 11:455–462.
  7. Felson DT (2005) The sources of pain in knee osteoarthritis. Curr Opin Rheumatol 17:624–628.
  8. Imamura M, Imamura ST, Kaziyama HH, et al. (2008) Impact of nervous system hyperalgesia on pain, disability, and quality of life in patients with knee osteoarthritis: a controlled analysis. Arthritis Rheum 59:1424–1431.