Cuántas veces pensamos: «Con esta humedad me duele todo», o «me duelen las rodillas cuando hace mal tiempo» Esto también les ocurre a nuestros animales. No debemos subestimar la influencia del clima y las temperaturas en su bienestar y en el efecto que tiene sobre los músculos, las articulaciones o en viejas lesiones o heridas.
Si se trate de un perro ya no joven, e un atleta o de un cachorro es importante para protegerlo contra cambios bruscos de temperatura. Viven en casa con nosotros donde con radiadores y estufas mantenemos una temperatura casi de verano y después salimos a pasear bajo la lluvia o con nieve a temperaturas muy bajas.
El perro tiene pelo, piel y grasa, pero el frío y la humedad, a la larga, puede, causar problemas musculares y articulares, problemas en las extremidades o activar lesiones pasadas.
Si nuestro perro no es muy joven o tiene alguna discapacidad, podría ser conveniente cubrirlo con una prenda cuando salimos. Se descubrirán las piernas, pero la espalda y el cuello de tu perro lo agradecerá. Pasear abrigado, permite a los músculos mantener su temperatura y evitar contracturas. Si el suelo no es el más seguro, sería conveniente ponerle un arnés para mejorar el apoyo y evitar que resbale o que realice movimientos bruscos que puedan causarle lesiones más graves como esguinces o contracturas.
El movimiento constante y correcto, es la primera regla para mantener saludable el sistema músculo-esquelético. Por ejemplo, todos los días caminar por suelos planos. Es importante que el cachorro experimente superficies diversas con obstáculos para mejorar sus capacidades propioceptivas y tener una respuesta a los mecanismos del movimiento. Este ejercicio, con la cautela necesaria, también ayuda a mantener la mente y los reflejos del perro que ya no es joven.
Después de regresar del paseo (o después de una carrera) es de gran ayuda utilizar la termoterapia con calor: simplemente coloque una bolsa de agua caliente en la parte que tiende a contraerse durante 10-15 minutos. El calor provoca el aumento del flujo sanguíneo local, disminución del dolor, relajación y mayor extensibilidad de tejido.
La temperatura de la piel y del tejido subcutáneo aumenta 5 ºC después de 6 minutos y se mantiene incluso durante 30 minutos. La única contraindicación es en caso de neoplasia maligna o edema. (A)(E)
eportistas discapacitados, traumatizado,) es importante una dieta equilibrada y la integración de nutracéuticos destinados a la protección de las articulaciones y al mantenimiento de la movilidad de las articulaciones. Estos productos contienen sustancias que ralentizan o contrarrestar la degeneración de los cartílagos articulares (B) y combaten los radicales libres, que son perjudiciales para las células.
Donde se reflejan manifestaciones dolorosas (por ejemplo, cojera), la fisioterapia (terapia manual e instrumental) contribuye a la reducción de toma de medicamentos y a la mejora del bienestar del perro. Masajear la zona, hacer estiramientos y movimientos pasivos, o usar técnicas como terapia láser, tecarterapia, magnetoterapia y electroestimulación contribuyen a mantener su tono muscular y el movimiento articular y sobretodo tienen una gran eficacia en la reducción de la inflamación y del dolor. (A)(E)
La prevención es lo primera. Iniciar con esta atención cuando el perro es joven, le garantizará una vida en «mejor movimiento».
(A) Dragone L., Fisioterapia riabilitativa del cane e del gatto, Elsevier
(B) Panichi E., Dragone L., Colpo R., Vezzoni A., La displasia dell’anca del cane dalla diagnosi alla terapia
(C) Zink M.C., Van Dyke J.B., canine Sports medicine and Rehabilitation, Wiley-Blackwell
(D) Grandjean D., Pratical guide for sporting & working dogs
(E) Della Rocca G., Bufalari A., Terapia del dolore negli animali da compagnia, Poletto Ed.

